AAyyyyyyy el maravilloso mundo de la familia lleno de locuras. La locura empieza desde el momento de la planificación familiar y ya no tiene fin. A veces es locura sabor chocolate y a veces es locura sabor agridulce. No lo digo por los hij@s en sí, sino por los momentos y el ritmo que llevamos después de tener hij@s.
La locura agridulce es querer mantener el ritmo de nuestra vida anterior con una responsabilidad grande añadida. La locura es estructurar nuestra vida para llegar a todo en estos tiempos que corren y con el ritmo que llevamos. La locura es la maravillosa conciliación que existe hoy en día y que supuestamente nos ayuda a criar y educar a la futura generación. La locura real como la vida misma es eso :
Entre semana : Correr para dejar al/l@s peques al colegio y/o la escuela infantil por las mañanas. Correr para llegar a tiempo al trabajo. Correr para comprar lo que necesitan l@s peques. Correr para llegar a las reuniones de los colegios. Correr para preparar el desayuno, la comida, la cena y preparar el día siguiente. Saltar tus comidas. Faltar al trabajo para llevar al/la peque enferm@. Correr para dejarle con los abuelos, si están en disposición de ayudar, sino pedir el día libre, pedir favores o contratar niñera, hacer malabares para conciliar la vida laboral con la vida personal,etc. Llega el fin de semana, recoger la casa, ir a la compra, lavar la ropa, doblarla y guardarla en los armarios, visitar a los familiares, asistir a un cumpleaños, etc.
Luego hay la locura sabor chocolate, la primera sonrisa del peque o la peque, su primer pasito, su primer “te quiero mamá/papá”, sus abrazos, sus besos, sus llantos buscándonos para consolarle y las salidas con l@s amig@s sin niñ@s que se hacen una vez al año,etc.
Seguro que me he dejado alguna locura por el camino ¿conocéis más locuras?